domingo, 13 de enero de 2013

Puzzles.

Respiro hondo algo aturdida, no encuentro de donde viene su olor. Sea quien sea huele igual que él, o quizá es él, ¿habrá venido a por mi? 'Ilusa', me repito una vez tras otra en la mente.
Hace unos seis meses que no le veo, desde que dejó mi casa, saltando por la ventana unos segundos antes de que mi padre entrara a la habitación, justo después de una de las peores discusiones que habíamos tenido nunca. Esta vez no saltó tras guiñarme el ojo, esta vez ni me miró antes de abalanzarse al vacío, entonces supe que ya no sería igual, que sus ojos verdes y mis ojos azules no se fundirían más en miradas como las de la cama, ni habría sonrisas como las que salían a la superficie entre beso y beso.
Sentada en la plaza, respiro hondo de nuevo, y vuelvo a percibir su aroma único y especial, giro la cabeza para un lado y para otro, pero no está, le he perdido sin duda. Creo que esto es un aviso de que no está, ni estará. Es hora de que hable con otros chicos, de que le devuelva la sonrisa al chico de la panadería o que hable más a menudo con mis amigas, aquellas a las que dejé cuando él me destrozó.
Ahora es momento de buscar a un chico que sepa hacer bien puzzles, porque mi vida está dividida en mil cachos distintos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario